martes, 12 de julio de 2016

Había dejado de ser pequeña.

Ella cuando no concilia el sueño lee poesía de sus grandes y acaba dormida entre pesadillas de cuando era pequeña. Podemos encontrar al hombre del saco, el coco, el caer de un precipicio, el ser arrasada por el mar o un huracán... Entre otras pesadillas más que no se suelen recordar.

El hombre del saco vino a buscarla sin saber que acabaría enamorándose de sus rimas, como si de Bécquer se tratase.

Cayó por un precipicio sin saber que su salvavidas en la estrepitosa caída sería Benedetti.

El mar de sus lágrimas agridulces, al escribir sobre ella misma, acabaron ahogando al coco escondido debajo de su cama.

Ella estaba callada esperando a ser engullida por el huracán cuando a Neruda le gustó su ausencia de vida y el silencio en sus gritos de desesperación.



Ella al día siguiente despertó sabiendo que había dejado de ser pequeña para ser poeta.

viernes, 1 de julio de 2016

Conjugarte en pasado duele.

Entre tanta insistencia
ya ni noto tu ausencia
solo mi presencia
te ahuyenta.
Te pediré perdón
por no ponerle emoción
a esto de quererte
ver a trasluz de mis sábanas.

Si Sabina supiera lo que te lloro entre mis sábanas
diría que hacen falta más de 19 días y 501 madrugadas.

Estoy tan rota que nadie puede ocupar tu lugar
en la lucha de almohadas antes de irnos a la cama.
Porque nadie quiere dormir abrazado por el hielo de mi alma.
Y debes saber que ya ni el veneno me calma.
El veneno parece dulce al lado de lo agrio que me sabe tu beso de despedida.
Porque de idas ya he tenido suficientes.
Cientos de miradas estrelladas,
cientos de lágrimas haciendo paracaidismo por el rimel que me eché ayer. 

Si las corridas fuesen todas buenas, no habría animales sufriendo.
Ni los toros por la tradición.
Ni yo por ti.
Tú y yo éramos mejor que las tradiciones.
Conjugarte en pasado todos los verbos
es más doloroso que las muelas del juicio.
El juicio, el que pierdía cada vez que me besabas.